domingo, 7 de septiembre de 2008

PERSONALIDADES



El Jardín del Instituto Pedagógico de Caracas lleva por nombre Francisco Tamayo, en honor al botánico, naturalista, conservacionista de dicho nombre.


Biografía


Sanare (Edo. Lara) 4.10.1902
Botánico, naturalista, conservacionista, folklorista y lexicógrafo. Hijo de Carlos Tamayo León y de Abigail Yépez Piñero. Su madre murió de parto al nacer él, por lo que creció adoptado y protegido por sus tíos Carlos y Hortensia de Yépez Borges, en su hacienda cerca de Sanare (Edo. Lara) donde aprendió sus primeras letras. Estudió primaria, privadamente, en El Tocuyo con el profesor José Antonio Rodríguez López. Alrededor de 1922, va a Coro a continuar sus estudios, pero no le reconocen los años cursados con el profesor Rodríguez en El Tocuyo, por lo que debe volver a cursar desde cuarto año de primaria, a los 20 años de edad. Allí hizo amistad con intelectuales corianos como José David y Elías David Curiel, Polita De Lima y otros. Fue director de la revista Orto (1923). El bachillerato lo inició en el liceo San José de Los Teques y lo concluyó en Caracas en el liceo Caracas (hoy Andrés Bello). Ingresa a la Universidad Central de Venezuela, a seguir la carrera de medicina; se involucra en los sucesos políticos de 1928; lucha en la Federación de Estudiantes de Venezuela y deja de lado sus estudios; pretende proseguirlos en Mérida, donde no deja las inquietudes políticas, forma una Asociación General de Estudiantes de Mérida que luego incorpora a la Federación de Estudiantes de Venezuela (seccional Mérida) de la que llega a ser presidente. Permanece en Mérida hasta 1935, año en que decide regresar a Caracas; ingresa en 1936 al recién fundado Instituto Pedagógico donde se gradúa de profesor en ciencias biológicas (1943). Siguió cursos de especialización en Buenos Aires y San Isidro (Argentina) y en Caracas, donde fue alumno de Henri Pittier. Ejerció la docencia tanto en el Instituto Pedagógico como en la Universidad Central de Venezuela, entre 1947 y 1978. Alternó la actividad docente con la de escritor e investigador, además de constante predicador de la necesidad de conservación de los recursos naturales. Llevó a cabo exploraciones botánicas en diversas regiones de Venezuela para el estudio y clasificación de la flora; varias plantas venezolanas, descubiertas por él, llevan su nombre. Fue cofundador de la Estación Biológica de los Llanos en Calabozo (Edo. Guárico). Su obra escrita, muy vasta, versa principalmente sobre su especialidad: la botánica; sin embargo, incluye dentro de los aspectos por él investigados el folklore y el léxico venezolanos, especialmente de la región del estado Lara. Participó en la reorganización del herbario del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas y en el rescate y recuperación de la hoya hidrográfica de Tacagua (Distrito Federal).

Caracas, 14.2.1985


La Biblioteca Central "Felipe Guevara Rojas" del Instituto Pedagógico de Caracas lleva el nombre de el insigne venezolano que posee igual nombre.

Biografía

El Dr. Felipe Guevara Rojas nació en la población anzoatiguense de Cantaura, el 30 de junio de 1878, en el seno de una familia de hondas y extendidas raíces en la historia y la geografía de la región oriental venezolana. Hijo del matrimonio de José Tadeo Arreaza Montiel y Adelaida Rojas.
Los estudios primarios los realizó en su pueblo natal bajo el preceptorado de Faustino Segundo Orea, y la educación secundaria, en Ciudad Bolívar, en el colegio Santo Tomás y en el Colegio Federal del Estado, donde obtuvo en 1896 el título común de Bachiller en Filosofía. En el Colegio Nacional de Ciudad Bolívar inició y concluyó en 1897 el primer año de los estudios médicos. A partir del 2º año de y hasta la terminación realizó sus estudios en la Escuela de Medicina de la Universidad Central, destacándose por su actuación sobresaliente, que culminara con la presentación de tesis y examen de doctorado.
Los altos merecimientos demostrados en sus estudios le permitieron recibir del Ministerio de Instrucción Pública una beca paraq realizar sus estudios de anatomía patólogica. Durante siete años permaneció en Europa y su paso por Francia, Alemania e Inglaterra, sin lugar a dudas los más altos centros de la cultura científica de ese tiempo, le permitieron adquirir una firme preparación como médico e investigador, además de una sólida formación cultural.
Al regresar al país "ejerció su profesión por corto tiempo, señalándose su práctica con notables trabajos clñínicos que esclarecían problemas de nuestra patología nacional e iniciaban serios serios de parasitología...".
"... En 1911 tenía Felipe Guevara Rojas 33 años; no obstante, eran numerosos y meritísimos sus trabajos. Apuntalados en sus merecimientos, sus maestros y amigos F. A: Rísquez y Luis Razetti le postularon a un sillón de la Academia Nacional de Medicina. En la verificación resultó rechazado. Era el primer golpe que le daba el país. Ese mismo año ingresaba al profesorado de la Escuela de Medicina como profesor de anatomía patólogica. Al inaugurar el curso, expuso filosofía de la función profesoral yla orientación de la enseñanza universitaria: "En mi humilde respeto concepto, el principio fundamental de la verdadera enseñanza, de la que fecundiza el espíritu en lugar de esterizarlo, es el de poner al alumno en contacto con las cosas mismas y no con meras descripciones de ellas, ni con una profusión inútil de comentarios".
En el año de 1912 el Dr. Felipe Guevara Rojas es elevado al Rectorado de la Universidad Central. El nombramiento fue saludado con beneplácito por el mundo universitario, sin embargo no fue afortunado, ni para el Dr. Guevara Rojas ni para la Universidad, su paso fugaz por el Rectorado. El 15 de septiembre de ese mismo año, el acto de apertura de cursos, se produjeron actos irrespetuosos cuando hablaba el Rector, hubo silbidos y posteriormente al acto, crec violento de palabras entre quienes hacían de voceros estudiantiles, Felipe Guevara Rojas y el Prof. de Derecho Francisco Gerardo Yánez. El comportamiento estudiantil fue denunciado ante el Ministerio de Instrucción con la correspondiente solicitud de sanciones, como "un verdadero acto de barbarie sin precedentes ante los anales de la Universidad". Identificaba como responsables a los estudiantes Miguel Ruiz Díaz y Jesús Vásquez Calzadilla, que finalmente fueron expulsados y detenidos por el Gobierno; los demás estudiantes protestaron, se hicieron solidarios con los sancionados y pidieron la renuncia del Rector. El 19 de septiembre la Asociación General de Estudiantes dictó un acuerdo de huelga general con la petición de la renucia de Guevara Rojas. Pero el Gobierno apoyó al Rector y decretó el cierre de la Universidad. Los sucesos de 1912 deben ser vistos desde la perspectiva y realidad de su tiempo. Además, debe considerarse que algunos protagonistas estudiantiels con el tiempo autocriticaron su actuación. Mientras Guevara Rojas fue elevado a la alta investidura del Ministro de Instrucción Pública en enero de 1913, donde se mantuvo hasta el momento de la enfermedad que tan violenta y prematuramente segó su vida.
Le correspondió ejercer el Ministerio en el momento que se consolidaba el largo período de dominación personal de Juan Vicente Gómez, al que por una serie de realidades objetivas, salvo los caudillos históricos, el país admitía como fórmula de orden y paz. Al frente del Ministerio desplegó inteligencia y espíritu infatigable de trabajo. Si bien no se comparten los alcances de libertad de enseñanza que fundamentaron la reforma educativa de Guevara Rojas, no se puede menos que rendir la laboriosidad y convicción que como Ministro puso en la conducción del Ministerio.
"...Queremos destacar el papel relevante de Guevara Rojas asigna a la función docente. Partidario de la libertad de enseñanza, consideraba que la actividad docente de los establecimientos públicos debía estar en manos de profesionales de la educación provistos del título correspondiente. Creía, asímismo, que el Estado debía consolidar una profesión docente, avalada por un régimen de concurso para el ingreso al servicio público; remuneración acorde con la preparación y el tiempo de servicio, y el derecho al retiro por jubilación. Estas anotaciones sobre el magisterio hacen pensar en cuanto podría haber realizado por el desarrollo de la Educación, de no haber llegado súbitamente a la muerte.
Fue además, un agudo observador social, como se pone de manifiesto en el discurso de inauguración del Ateneo de Caracas. Y en su tiempo se le reconocieron dotes de fino escritor y de brillante orador.
Muere a los 38 años de edad, el 1º de septiembre de 1916. No obstante, la brevedad de su vida tiene bien ganado un sitio de honor en la historia de la ciencia y de la educación venezolana.
Educadores Venezolanos.

Pedro Felipe Ledezma.

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